sábado, 29 de diciembre de 2012

Reflexionemos...



“... la teoría política no es una ciencia enigmática cuya jerarquía cabalística manejan unos pocos iniciados, sino un instrumento de las masas para desatar la tremenda potencia contenida en ellas. No les llega como un conjunto de mandamientos dictado desde las alturas, sino por un proceso de su propia conciencia hacia la comprensión del mundo que han de transformar”.

John William Cooke


jueves, 27 de diciembre de 2012

Endeudamiento del Estado Nacional, reseña histórica [Parte 2]




PERÍODO 1976/1983
En este período se gesta el endeudamiento cuyas consecuencias condicionarán toda la política económica de las décadas siguientes, y pesarán sin duda por varias generaciones futuras.
Nos detendremos aunque sea brevemente, en la descripción de lo que fue el inicio del más grande descalabro financiero en la historia económica de la Argentina, complementado por la ausencia total de una política de administración financiera del Estado.
A partir de la segunda mitad de la década del 70, la deuda externa argentina tuvo un crecimiento explosivo. En apenas 15 meses, correspondientes a la última etapa de la gestión de Martínez de Hoz como Ministro de Economía, el monto de cada deuda externa neta se multiplicó por tres: de 8.500 millones de dólares en Diciembre de 1979 a 25.300 millones de la misma moneda en marzo de 1981.
En un marco de abundante liquidez internacional y de una política de liberación financiera, alto déficit fiscal y la utilización del tipo de cambio como principal instrumento antiinflacionario, el país no solo se endeudó sino que además utilizó una parte sustancial de los recursos externos para financiar una fuga de capitales sin precedentes.
El proceso de apertura indiscriminada hacia los mercados financieros internacionales iniciado en 1976, colocó a la Argentina en los primeros lugares entre los países más endeudados del mundo, junto con Brasil y México. Pero, a diferencia de estos últimos, los flujos que generaron esos pasivos no fueron orientados a la industrialización y desarrollo, sino a la especulación financiera.
Entre 1975 y 1981 mientras que Brasil aumentó 3,5 veces su deuda con los bancos privados internacionales, su economía creció casi un 40%, México aumentó 4 veces su deuda y su economía lo hizo en un 60%, la Argentina aumentó 7 veces su deuda y el crecimiento fue cero.
En 1975 la deuda externa total de la Argentina se estimaba en 8.100 millones de dólares (3.200 millones, un 40%, a la Banca Internacional y 4.900 millones, un 60% a "otros"). En 1981, nuestra deuda se había incrementado a 35.700 millones de dólares (22.900 millones, un 64%, a la banca privada y 12.800 millones, un 36% a “otros”).6 Si en 1977 Argentina hubiese querido rescatar toda su deuda externa neta debía usar las exportaciones de un año; en cambio, si hubiese querido hacerlo en 1981 debía utilizar las exportaciones de tres años y medio.
Es necesario destacar que durante este período el endeudamiento, primero del sector privado y luego del sector público, respondió básicamente a una política financiera que intentaba controlar la inflación a través del tipo de cambio; en la primer etapa, hasta 1981, se pautó la devaluación con el objetivo de mantener los precios “en caja”; ello obligó a una permanente búsqueda de divisas para que el Banco Central de la República Argentina pudiera cumplir con las demandas de los particulares; para ello se recurrió al endeudamiento del sector público. Nada de ese endeudamiento sirvió para crecer o desarrollarnos.
Luego, con la Guerra de La Malvinas, en 1982, se suspendió el giro de divisas y con ello cerrarán definitivamente las fuentes de financiamiento externo para la Argentina.
En esos meses de 1982, se iniciará el proceso de “estatización de la deuda”, a través del cual el Tesoro Nacional se hizo cargo de la deuda externa contraída por algunos privados. Ello se dio a través del denominado “seguro de cambio”.
Lo mismo que sucedía con el resto del Sector Público, no existía en el BCRA un registro adecuado de las operaciones, lo que impidió conocer con exactitud, a cuánto ascendió ese pasivo absorbido por el Estado. Algunos autores, lo estiman en unos 7.000 millones de dólares; pero, se reitera, no hay datos precisos.
En el siguiente gráfico se muestra la evolución de la deuda pública en el período analizado.



Conforme a las cifras consignadas, la deuda pública creció un 456% en el período 1976/1983.
Se destaca que esta cifras han sido extraídas de diversas publicaciones y trabajos de varios autores, pues no había registros confiables en ninguna de las dependencias del Estado Nacional.

 [El Sistema de Crédito Público - Jorge Amado]




PARTE 3: Endeudamiento dle Estado Nacional parte 3


lunes, 24 de diciembre de 2012

El Secuestro de Aramburu



El viernes 29 de mayo de 1970 a las nueve de la mañana, Emilio Angel Maza –vestido con uniforme de capitán del Ejército- y Fernando Luis Abal Medina –con galones de teniente primero- subieron al octavo piso del edificio de la calle Montevideo 1053, en Capital Federal, y tocaron timbre en el departamento “A”. Sara Herrera, una señora de edad madura, les abrió la puerta. Los dos jóvenes le pidieron hablar con su marido, y a pesar de que no los había visto nunca en su vida, la mujer los hizo pasar. Al fin y al cabo, la presencia de dos oficiales del ejército en su casa no constituía ninguna rareza. Les comentó que su esposo se estaba duchando pero que los recibiría en un instante, los invitó a sentarse en el living y les sirvió café. Luego se disculpó ya que debía retirarse. Maza y Abal Medina se dispusieron a esperar, probablemente tan tensos por la misión que estaban llevando a cabo como sorprendidos por lo sencillo que todo había resultado hasta ese momento.
A los pocos minutos apareció sonriente el dueño de casa, un personaje público por dos motivos: se trataba de un Teniente General retirado de alto perfil en una época en el que el Ejercito tenía un protagonismo indiscutible en la vida política del país, y hacía poco mas de una década había sido presidente de facto. Ello no le impidió tomar café con sus visitantes y escuchar complacido el ofrecimiento de custodia personal que le hicieron. Cuando los dos jóvenes mostraron las armas que portaban y lo obligaron a que los acompañara, Pedro Eugenio Aramburu se dio cuenta de que el ofrecimiento de custodia era una mera excusa. Cuando descubriera que los uniformes militares también eran una patraña ya sería demasiado tarde, aunque eso sucedería algunas horas después. Mientras bajaba por el ascensor difícilmente haya concebido la verdadera identidad y objetivos de sus captores.
Si la primera etapa de la operación había resultado sencilla, el resto tampoco depararía mayores contratiempos. Maza y Abal Medina sacaron a Aramburu a la calle y lo hicieron subir a un Peugeot 504 blanco conducido por Carlos Capuano Martínez. Emprendieron la marcha y –tras cambiar un par de veces de automóvil- salieron de la Capital. Una vez en la Provincia de Buenos Aires, enfilaron en dirección sudoeste. Habían estudiado decenas de veces la ruta que debían tomar, compuesta por caminos de tierra y sin puestos policiales ni ciudades importantes en su trayecto. A las seis de la tarde ingresaron en “La Celma”, una estancia ubicada en la localidad de Timote. Metieron al secuestrado en uno de los dormitorios de la casa principal y esa misma noche le iniciaron un “Juicio Revolucionario” que duraría dos días. Finalmente, en la madrugada del lunes 1° de junio el ex presidente fue declarado “culpable” y muerto a balazos. El comunicado divulgado por los ejecutores rezaba:

Se trataba del primer operativo firmado por Montoneros, organización político-militar que estaría llamada a representar un rol protagónico en la historia argentina durante la violenta década del setenta.

La fecha elegida para la presentación pública de Montoneros fue el viernes 29 de mayo de 1970, Día del Ejercito y primer aniversario del Cordobazo.

En los comunicados, los Montoneros se presentaban como “una unión de hombres y mujeres profundamente argentinos y peronistas, dispuestos a pelear con las armas en la mano por la toma del poder para Perón y para su pueblo y la construcción de una Argentina Justo, Libre y Soberana”, y declaraban: “nuestra doctrina es la doctrina justicialista, de inspiración cristiana y nacional”. Contradiciendo algunas acusaciones que comenzaban a circular acerca de su ideología supuestamente foránea, declaraban que lo único foráneo en el país eran “los intereses de los capitales extranjeros ligados al régimen y mentalidad vendepatria de los gobernantes de turno”. El origen cristiano de la organización se delataba en mas de una oportunidad, como cuando anunciaban la decisión de “dar cristiana sepultura” a los restos de Aramburu o pedían “Que Dios, Nuestro Señor, se apiade de su alma”.

Aramburu era un símbolo del antiperonismo, y matarlo implicaba de por si una definición. De todas formas, los guerrilleros dejaron constancia de las acusaciones que se le hacían: los fusilamientos de 1956, la represión del peronismo, la desaparición del cadáver de Eva Perón, la difamación de Perón y Evita, y la anulación de las conquistas sociales instauradas por el justicialismo. Como queda expreso en el comunicado N° 3 de la organización:

COMUNICADO Nº 3

31 de Mayo de 1970

Al PUEBLO DE LA NACIÓN:

"En el día de la fecha, domingo 31 de mayo de 1970, la conducción de nuestra organización, constituida en Tribunal Revolucionario, luego de interrogar detenidamente a Pedro Eugenio Aramburu, declara:

I- Por cuanto Pedro Eugenio Aramburu se ha reconocido responsable:

1º) De los decretos 10.362 y 10.363 de fecha 9 de junio de 1956 por los que se "legaliza" la matanza de 27 argentinos sin juicio previo ni causa justificada.

2º) Del decreto 10.364 por el que son condenados a muerte 8 militares, por expresa resolución del Poder Ejecutivo Nacional, burlando la autoridad del Consejo da Guerra reunido en Campo de Mayo y presidido por el General Lorio, que había fallado la inocencia de los acusados.

3º) De haber encabezado la represión del movimiento político mayoritario representativo del pueblo argentino, proscribiendo sus organizaciones, interviniendo sus sindicatos encarcelando a sus dirigentes y fomentando la represión en los lugares de trabajo.

4º) De la profanación del lugar donde reposaban los restos de la compañera Evita y la posterior desaparición de los mismos, para quitarle al Pueblo hasta el último resto material de quien fuera su abanderada.

II- Por cuanto el Tribunal lo ha encontrado culpable de los siguientes cargos, que no han sido reconocidos por el acusado:

1º) La pública difamación del nombre de los legítimos dirigentes populares en general y especialmente de nuestro líder Juan Domingo Perón y nuestros compañeros Eva Perón y Juan José Valle.

2º) Haber anulado las legitimas conquistas sociales Instauradas por la Revolución Justicialista.

3º) Haber Iniciado la entrega del patrimonio nacional a los intereses foráneos.

4º) Ser actualmente una carta del régimen que pretende reponerlo en el poder para tratar de burlar una vez más al pueblo con una falsa democracia y legalizar la entrega de nuestra patria.

5º) Haber sido vehículo de la revancha de la oligarquía contra lo que significaba el cambio del orden social hacia un sentido de estricta justicia cristiana.

El Tribunal Revolucionario, Resuelve:

1º) Condenar a Pedro Eugenio Aramburu a ser pasado por las armas en lugar y fecha a determinar.

2º) Hacer conocer oportunamente la documentación que fundamenta la resolución de este Tribunal.

3º) Dar cristiana sepultura a los restos del acusado, que sólo serán restituidos a sus familiares cuando al Pueblo Argentino le sean devueltos los restos de su querida compañera Evita.

¡PERÓN O MUERTE! ¡ VIVA LA PATRIA!.

M O N T O N E R O S



Bibliografía consultada:
[MONTONEROS, el mito de sus 12 fundadores; por Lucas Lanusse]
[Centro de Documentación de los Movimientos Armados www.cedema.org]




Videoteca: Montoneros, una historia (Documental)